22/10/12

4ª etapa



11 agosto 2012
Etapa :Puente la reina - Estella. Salida a las 5.30 - Llegada a las 11,30. Km. recorridos hoy: 23,1. Km totales: 88.84


El despertador suena a las 5. Nos cuesta un montón levantarnos. Nuestros cuerpos se quejan, nos duele todo y somos incapaces de callarlo.

A las 5,30 abandonamos el hotel, las calles de Puente la Reina están vacías, encontramos a dos peregrinas que han madrugado como nosotros. Van en silencio, solo nos intercambiamos el saludo habitual: “buen camino”.  Es de noche, estamos somnolientos , así que atravesamos el famoso puente, como si se tratase de la rutina más habitual. Ninguna ganas de pararnos para fotos, así que caminamos y caminamos en silencio.



El día está un poco nublado y nosotros contentos por ver el cielo gris. Sentimos pánico a que Don Lorenzo vuelva a castigarnos con sus rayos , llevamos un ritmo  rápido  y empezamos a cruzarnos con varios peregrinos. Vemos  en varios de ellos, gestos de dolor, otros compañeros, masajean sus piernas y realizan estiramientos. Es la nota del día, no son uno ni dos, sino varios, los que encontramos con un rostro compungido. Hay pocas ganas de hablar, el silencio acompaña a todos los que nos encontramos.


Al llegar a Cirauqui (casi 9 km desde Puente la Reina) Alicia, me comenta de que le duele un dedo, así que cuando encontramos un sitio para pararnos, le hago que se descalce para mirárselo. ¡Lo que sospechaba! Aparece la primera ampolla. Es grande y tiene un color blanquecino. Me toca poner en práctica lo aprendido. Aplico betadine, ¡escueeeeeece!... , paso  una aguja con hilo esterilizada y  atravieso la ampolla para que drene. Le pongo una pequeña venda y reiniciamos el camino. Me da una pena enorme, ver que es ella la lesionada. No se queja, aguanta el dolor. Puede seguir caminando.


Al pasar Lorca (14 kms desde Puente la reina) se nos hace muy dura la etapa. El sol vuelve a salir y el calor nos acosa de nuevo. Voy pendiente de la ampolla de Alicia, quien sigue sin quejarse, aunque muestra su dolor cuando le pregunto. Es una ocasión propicia, para hablarle del sufrimiento en este mundo, de la gente que cada día tiene que luchar para aceptarlo y ofrecerlo. Le animo a que ofrezca la jornada por alguna intención.

Quedan 4 kms para Estella, pasamos por Villatuerta, llevamos 19 kms andados, y estamos que no podemos más. No somos los únicos. Oímos comentarios de otros peregrinos, que reflejan el cansancio acumulado. Las mochilas nos resultan muy pesadas Dan ganas de abandonarlas en el camino… Vemos un letrero avisándonos de que quedan 2 kilómetros para Estella y creo que son los  más largos de nuestra vida. Se nos hacen eternos. Parece que el municipio de Estella , ha desaparecido.


Cuando entramos en el pueblo, encontramos  un parque con césped; todos los peregrinos que llegamos, nos lanzamos a tierra bajo la sombra de los árboles. No queremos pensar, solo descansar.  Decidimos ir a un hostal. No nos encontramos muy bien, y preferimos reposar en un lugar tranquilo. Vamos a la oficina de turismo y nos aconsejan uno económico, pero hay que andar un tramo de casi un kilómetro. Alicia se desmorona, me dice que cojamos un taxi. Yo le animo, ante la belleza de las calles de Estella, así que distrayéndole con preguntas, llegamos a nuestro destino, casi arrastrándonos por el suelo...


El Hostal resulta ser un piso, donde se alquilan habitaciones. No está mal, pero el dueño nos dice que no abramos las persianas, porque sino el sol calienta la habitación. No hay aire acondicionado, sino un ventilador  ruidoso. Es decepcionante, pero el cansancio acepta lo que sea.

Nos duchamos y reviso la ampolla de Alicia. Nueva sorpresa : Le ha salido otra. Me encantaría consolarla, y que fuera yo el que las tuviese, pero … le ha tocado a ella.

La verdad es que le reproché no haber seguido mis indicaciones. Cada mañana, antes de salir, yo seguía el ritual de cuidar los pies,  tal como había leído en mi preparación del camino. Me untaba con abundante vaselina cada uno de los dedos y los hidrataba a menudo. Ella descuidó esa tarea y zas… ampollas a la vista.

Decidimos ir a comer a un bar, pedimos consejo al hostalero y nos aconseja uno.  El sol pica fuertemente. Son las dos de la tarde y vemos como a esas horas van llegando peregrinos. Me aterroriza verlos como llegan. Capto perfectamente como deben sentirse.



Mientras buscamos el bar aconsejado, noto un dolor en el metatarso del pie izquierdo. Cada vez es más intenso y me hace caminar cojeando. Pienso que es algún mal gesto que se pasará con el descanso. (continuará)

7 comentarios:

  1. AH...Los hijos...
    Me encanta participar de vuestra aventura Angelo. Me emociona la foto que abre este pots la carita de la niña lo dice todo. Luego el papá lo cuenta de maravilla.
    un beso.

    ResponderEliminar
  2. Y a mí me encanta como nos lo cuentas Angelo, qué pena que no pudísteis hacerlo entero porque hubiera sido para hacer un libro y yo lo hubiera comprado, pero no desistas otra vez será, un saludito.

    ResponderEliminar
  3. Gracias,por estas experiencias de vida, que ella sea frutos de gracias para usted y de vida profunda con Cristo, gracias.

    ResponderEliminar
  4. Sí que es duro, sí... Sois unos ¡valientes! Tomaremos nota sobre lo que dices de untar los dedos con vaselina.

    Gracias por compartirlo.

    ResponderEliminar
  5. Sigo acompañando y disfrutando vuestro testimonio con mucho interés!

    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  6. Teneis mi total y adsoluta admiración.

    Un cariñoso saludo.

    ResponderEliminar

Por favor:
Usa un tono correcto y respetuoso con los demás
Cuida tu expresión e intenta que tus mensajes sean claros y concisos.
El autor del blog se reserva el derecho de borrar total o parcialmente los comentarios que considere inaceptables, ya sea por no ajustarse al tema de la entrada publicada, por contravenir la Política de contenido de Blogger o por otros motivos.
¡Gracias por dejar tus comentarios! Con ellos me ayudas a seguir mejorando.